lunes, 23 de julio de 2007

MUERTE DE POLANCO

El domingo, EL PAÍS se volcó en la cobertura, pero se le fue la mano, el brazo y el sentido de la mesura.

Titular a cinco columnas, 80% del espacio en portada, 25 páginas interiores (incluyendo todo el editorial, toda la sección de opinión, 17 esquelas y artículos de recuerdo de Vargas Llosa, Saramago, González y Gallardón, entre otros).
Además, todas las viñetas del día, con una de Forges en tamaño XXL.

Y dentro de los contenidos, frases grandilocuentes, como el subtítulo de portada: "El fallecimiento del presidente de PRISA conmociona al mundo político, cultural y económico".

Que digo yo que, conmocionados, lo que se dice conmocionados, estarán sus familiares, amigos cercanos y tal. Pero bueno.

Sea como fuere, este ejemplar de EL PAÍS es uno de esos para guardar. Ya sea como documento o como ejemplo de autofelación, tipo Shortbus.

Polanco es, sin duda, una de las figuras más interesantes del periodismo mundial. Un magnate, con luces y sombras, hecho a sí mismo y que ha llevado las riendas de EL PAÍS, una publicación clave en la democracia española y el diario español de referencia en el extranjero, mal que les joda a muchos.

Alguien me dijo una vez que lo que molesta, lo que irrita, es porque es importa.

Polanco debió ser alguien de los más importantes, a juzgar por cómo han recibido en los blogs y foros de la derecha más liberal (autodenominada 'liberal', entiéndase) la noticia de su fallecimiento.

Desde el debate surrealista en cierta plataforma ultracatólica sobre si hay que alegrarse o no de esta muerte, a la celebración con champagne a la que aludía un maricón de derechas que tenemos adosado en Dos Manzanas y que está muy relacionado con los sujetos y predicados que perpetran Libertad Digital.

Algunos liberales lo han comparado con Stalin. Y lo decían en serio, que es lo peor.

Al menos, una de las noticias del fin de semana, ha servido para que más de un mi-se-ra-ble muestre su verdadera cara...

3 comentarios:

Sota dijo...

Hombre, tampoco veo tan raro que se les fuera la mano.

Al fin y al cabo, era el jefe. Qué menos.

De los otros que comentas al final, nada. Me niego a mancharme la boca (o el teclado) hablando de ellos.

Maggie Wang Kenobi dijo...

bueno, me ahorro el comment-ario, que ya lo ha dicho SOTA, jurjur.

Corredero dijo...

pozí